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"Hay tantas cosas que si se pronunciaran en voz alta desvelarían secretos de una intensidad que quizá no podríamos asumir"

sábado, 13 de noviembre de 2010

Aquel que tenía forma de gato.

Izzy recogió su esparcida ropa y se la puso encima, se sentía triste, humillada, engañada. Se sentía sucia, ella misma se daba asco. Entró al cuarto de baño y se volvió a desvestir como horas antes lo había echo, pero esta vez con nadie delante, estaba sola y así era como se sentía.
Miró el reloj que había en el cuarto de baño, las diez y media, ya llegaba muy tarde a clase y aparte no le apetecía para nada encontrarse con todo aquello. Se metió bajo el plato de la ducha y dejó que el agua le resbalara y le acariciara como lo había echo antes aquel extraño. Se agachó y puso el tapón para que el agua no se escapara y allí se quedó, sentada, con los brazos abrazando sus piernas y dejando que el agua le llegara a la nariz para así no poder respirar.
El vapor se quedaba agarrado a las baldosas oscuras del baño y Izzy pasaba su dedo por ellas dibujando un nombre, Ethan. El agua ya le llegaba por su pecho e Izzy tranquila cerró el grifo. Volvió a mirar por última vez el reloj que su madre le había regalado por su cumpleaños, aquel que tenía forma de gato y de su mejilla salió su última lágrima. Lentamente Izzy se fue sumergiendo en aquella bañera, soltó todo su aire y las burbujas salieron rápidamente de su boca.
¿Cómo la podían haber engañado así?

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